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UNA PLAZA, CADA DÍA

Hoy, por fin ha llovido.

Además de las razones obvias por las que es bueno que llueva,

me gusta porque me encantan las botas de agua.


Había mucha actividad en la plaza de al lado.

Hace unos días pintaron los bancos y las papeleras, adecentaron los setos,

cortaron el césped, vinieron a tomar medidas y fotos de la plaza y colocaron una

nueva placa con el nombre.

Para mi, hasta ahora era nuestra placita, mía y de Nuki, mi perrita.

Y cuando salgamos le seguiré diciendo: ¿Vamos a nuestra placita?.

Pero oficialmente, ahora tiene un nombre…que no he retenido.


Como decía, había esta mañana muchos operarios, jardineros terminando de arrancar malas hierbas, técnicos de sonido instalando micros y altavoces, funcionarios del Ayuntamiento instalando atriles y pequeñas carpas.


Supongo que mañana, será la inaguración oficial, con discurso, fotos y artículo en el periódico.


En unos días, volverán a sentarse por la mañana en los bancos y en el césped la gente que vive en la calle.

Por la noche habrá montañas de cáscaras de pipas por el suelo junto con latas y envoltorios.

Y hasta puede que alguna racha de viento tire al suelo la señal con el nombre de la calle recién puesta.


Pero mañana, la plaza estará bonita, para la foto.


Ver y pensar todo esto, me ha recordado cuando era adolescente y tenía exámenes importantes.

En tardes así, me gustaba poner la tele y escuchar debates en el Congreso de los Diputados.

Si era el debate sobre el Estado de la Nación mejor que mejor.

Les escuchaba hablar y pensaba: “ Si esta gente se va a dormir tranquilamente sin haber resuelto un sólo problema desde la última vez que se reunieron, ¿Por qué tendría que estar yo preocupada por el examen de mañana?.


Y a renglón seguido me ponía una o dos pelis del video club, cenaba y ya de madrugada me leía todo hasta que salía el sol, desayunaba y me iba directa al cole, al examen. Sin haber dormido. Escribía lo que acababa de leer y a veces hasta sacaba una súper nota.

En mi época, bastaba con escribir tal cual lo que ponía el libro de texto, no se pedía investigación y muchísimo menos, reflexión.

Recuerdo haberme ido a la pelu en plena época de exámenes y llegar con el pelo súper corto, ante el asombro de mis compañeras de clase, que habían pasado toda la tarde estudiando. Agobiándose entre ellas…


También recuerdo el día en el que una pregunta del examen de Física era “de pensar” no de haber estudiado y valía 3 o 4 puntos.

La profesora se paseaba entre las mesas del aula mirando las repuestas y de repente soltó: “Sólo una persona lo ha sabido resolver”. Todas las empollonas oficiales se miraban entre ellas… y entonces la profesora dijo:” Es Gloria”.


Las caras de sorpresa de todas ellas fueron increíbles, pero la mía aún más jeje. Como no había estudiado las fórmulas…”inventé” una fórmula. ( Siempre me crezco ante los problemas ) jeje.

Ni que decir tiene, que a la hora de entregar las notas, como sólo yo la había contestado, la profesora, anuló la pregunta restándome los 3 o 4 puntos…no recuerdo si aún así aprobé…

Otra vez, le presté mi trabajo de macramé a una amiga porque ella no lo había hecho.

Nos llamaban por orden alfabético… me pusieron un 6 creo o algo así… cuando la profesora llegó a la S, del apellido de mi amiga, a ella, con mi mismo trabajo le puso un 8 o un 9….


Esa fue mi experiencia más temprana con la Autoridad, con la Jerarquía, con la gente que puede ejercer algo de poder sobre ti.


Ni que decir tiene que desarrollé una total intolerancia a ese tipo de enseñanza.

Me encantaba aprender y me encantará hasta el final de mis días, pero todo lo relacionado con mis años de colegio fue un despropósito.


Pero fue una valiosa lección de vida.

El saber que la nota te la pones tú, cada día.

También aprendí, que hay más maestros de lo que uno no debe ser, que de lo que uno debe ser.

Por ejemplo, los políticos.

No entraré en los lugares comunes asociados a este sector de la Sociedad y de todas las Sociedades, sea cual sea el País o el Partido.

No, eso ya lo sabemos…imaginaros, el enchufismo del macramé y la anulación de mi pregunta contestada correctamente, con un presupuesto municipal y ya tenéis una vaga idea...


Para variar, quiero poner el foco en lo que sí me inspira de los Políticos: Su capacidad de Autobombo.

De felicitarse constante y públicamente de cada logro obtenido.

De Vivir para el instante de “descubrir la placa”, sin preocuparse después de si eso que han inaugurado, luego funciona o no.

Eso si es una buena Filosofía.

Darte crédito por todos tus logros diarios.


Vive como si inaugurases una nueva Plaza, cada día.

Pero intentado con todas tus fuerzas, que cada día esté como para una foto.


***Pañuelo de bolsillo: The Leader






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