31 de Octubre, con el cambio de hora, la noche cae a plomo antes de lo esperado. A pesar de que aún parece verano, la amenaza de lluvia y la oscuridad prematura, son decididamente muy Halloween.
Fiesta que, por cierto, combina dos de las cosas que no tienen cabida en mi vida: los azúcares refinados y las referencias terroríficas de ficción.
Porque ya hay suficientes cosas reales que son terroríficas.
Es en este estado de ánimo, con niños de fondo pidiendo caramelos, (aquí desde luego no hay ni un terrón de azúcar), me dispongo a ordenar los pensamientos con los que me levanté esta mañana.
Reflexionaba sobre lo que hace que una marca triunfe, además de la calidad de su diseño y materiales.
Constaté que de la misma manera que la música puede ser arte o un artículo de consumo sin más, del mismo modo, muchas marcas no destacan por su calidad o diseño sino por mero marketing.
Por supuesto, que una persona famosa lleve tus productos, es el sueño de todo fabricante o diseñador.
Pero cuando detrás de esa celebridad no hay un producto de genuina calidad, es simplemente humo.
Y más aún, cuando es directamente la celebrity la que pone en el mercado productos, conocedora de que su fama, es el único argumento de venta necesario para que los clientes lo compren.
Comprensiblemente, concede licencias para el uso de su nombre, en todo tipo de artículos.
Por supuesto en muchos casos se aúnan la excelencia del producto y del embajador, qué duda cabe.
Hace unos días, sabedora de que mi pequeña marca personal, no existe si no es vista en redes, y en los buscadores de Google, decidí añadir a mis campañas publicitarias en Instagram y Google, la posibilidad de figurar en Amazon.
Realicé la video llamada que verifica mi identidad como propietaria de G&Silk e inicié el proceso de registro. Una vez verificada mi identidad, por un muchacho muy amable que sólo leía las frases que tenia en su manual como si fuese un robot y no una persona, entré en la trastienda virtual del Amazon Seller.
Apenas llevaba allí media hora, cuando vi que era lo contrario a user friendly, ( en mi opinión), así que quise anular todo, pero para entonces ya me habían cobrado la primera mensualidad.
Lo comuniqué y me contestaron que había sido un error, que entendían que solicitase un reembolso.
Lo entendían, pero no me han reembolsado y solo tengo mails de esos de @noreply.
De esos que envían enlaces que no llevan a ninguna parte.
Así que ahí me tenéis, usuaria de Amazon Prime, de la plataforma de películas y series, y a la vez con la impotencia de ver que se quedan con algo que no es suyo y encima no facilitan en absoluto reparar el error.
A esta mala sensación, se vino a sumar un documental sobre esta plataforma en Salvados, (un programa de la televisión privada española), justo anoche.
Al escuchar como los vendedores de Amazon contaban que habían perdido millones de euros en mercancía y que nadie les daba explicaciones y cómo recibían devoluciones con objetos diferentes o usados dentro de las cajas, pensé: “De buena me he librado”.
Si hay empresas que no consiguen hacer prosperar reclamaciones de 3 millones de Euros, que puedo esperar yo con menos de 50 euros cobrados indebidamente jajaja.
Ellos quieren tener al cliente final contento, no perderlo como cliente, aunque en el camino aniquilen a pequeños detallistas que sufren graves perdidas.
Pero uniendo las dos cosas, mi experiencia reciente y el documental, esta mañana me ha invadido una profunda tristeza.
Triste por ver en qué condiciones de presión inasumibles se trabaja en esos centros, sólo para que nosotros tengamos al día siguiente lo que hemos pedido, que rara vez requiere tal urgencia.
Triste por ver que para subir la persiana de un negocio haya que pagar tantísimos impuestos y permisos y licencias y ellos tengan beneficios por parte de la administracion para construir sus centros. Es obvio que generan empleo en la zona, pero claro con muchísimas ventajas, por no hablar de cómo se escaquean de pagar impuestos en Europa.
Triste por como miles de personas se quieren registrar, como hice yo hace unos días, para potenciar sus ventas, creyendo que han encontrado un aliado, y lo que han encontrado es un competidor directo que usará sus datos y clientes en beneficio propio, jamás hará de puente entre ellos y sus clientes y jamás empatizará con perdidas o incidencias.
Así que he puesto los pies en el suelo, una vez más.
Después de asumir que no se puede hacer nada frente a las marcas de fast fashion a nivel de costes de producción, como explico en un video de You Tube, ahora asumo que G&Silk, no tiene capacidad de competir en la arena del marketing que requiere invertir miles de euros cada mes en buscadores y redes sociales.
¿Con qué argumento de Marketing puedo vender mis productos?
Esta no es una marca creada por una celebridad o llevada por ella.
No es extremadamente cara, con un logo que te de status, tampoco es muy barata, haciendo irresistible una compra compulsiva.
No es la marca que aparece en tu ordernador cada vez que buscas pañuelos en internet.
No es la recomendada por una plataforma de ventas.
Con lo cual si te dejas influir, compras chollos o compras por valor de marca o lo primero que aparece en tu buscador, quizás no nos conozcas nunca.
Por el contrario si como consumidor, tienes curiosidad, valoras además de la calidad precio, la calidad - condiciones humanas en las que tu producto ha sido hecho, entonces, ya tenemos un argumento sólido.
Esta es una marca familiar, creada en un ambiente sostenible.
Moda lenta con respeto por todos los involucrados en el proceso.
Una marca 100% europea respetando las normas y leyes europeas.
Cabalgar sola tiene muchos lados positivos, sobretodo la libertad de poder aplicar mis valores personales.
Me siento afortunada y agradecida por tener un negocio donde jamás enviamos mails de no reply.
Para mí eso no tiene precio, porque últimamente incluso las personas reales responsables de la atención al cliente hablan como robots.
Escudarse detrás de lo virtual para no asumir responsabilidades, me parece inaceptable.
Un negocio online, humano y responsable es posible, yo no lo concibo de otra manera.
Lo mismo me pasa con las redes sociales. ¿ Por qué tener muchos seguidores debería inspirar fiabilidad?. De todos es sabido que los seguidores pueden comprarse.
Por eso no colaboro con influencers profesionales, a menos que sean fan de la marca y de lo que hacemos genuinamente.
Porque si su valor se mide por el número de seguidores a los que pueden influenciar, yo no tengo manera de saber si son seguidores reales o boots.
Esta es la noche de Halloween, quería compartir esta historia terrorífica y real que estamos creando entre todos.
Estamos dando el control absoluto a un puñado de multinacionales para que decidan por nosotros qué vestimos, qué escuchamos, qué comemos.
Hasta que no dejemos de ser egoistas, la sociedad de consumo creara muchísimos millones de personas que sufren en sus trabajos.
Ya no nos basta con querer moda rápida, queremos además que todo nos llegue rápido.
Desde aquí reivindico:
Como emprendedora: Tomarme tiempo para hacer bien las cosas.
Atender a cada eslabón por igual: artistas, artesanos, clientes.
Como cliente: Tener en cuenta cómo se ha hecho lo que voy a comprar.
Confieso que no he cerrado mi cuenta de Amazon Prime… Podría haberla desactivado, pero irónicamente, de la misma manera que me alegro de no haber abierto una cuenta de Vendedor, confío en ellos cuando hago un pedido online.
Pero ahora que sé que como perjudican a las pequeñas empresas como la mía... y las condiciones de sus trabajadores…
Voy a repensar todo esto.
Si cambiásemos nuestra manera de consumir, el mundo sería un lugar mucho mejor.
Ese sería un cuento con Final Feliz.
Tu decides.
¿SI o NO?.
Silky Kisses,
Gloria.
Pañuelo YES/NO